Silla Altea: la versatilidad de la silla clásica
Desde que a principios del siglo XVIII se incorporara el uso de la madera curva a la silla, estas se hicieron mucho más cómodas. Mediante técnicas de humedecimiento con vapor logró aunar la calidez del material con las formas curvas más ergonómicas. La silla altea es hija de ese diseño que presta atención tanto a la forma como a la utilidad.
La calidez de los materiales
Pensamos que su estructura de madera pintada de blanco viejo hace que resulte más ligera visualmente. Sin embargo, el contraste con el asiento de anea en tonos marrones le aporta un toque variado además de resultar mucho más cómodo.
Una silla apta para muchos ambientes
La silla Altea irá perfecta en tu comedor si lo tienes decorado de forma rústica. Pero incluso en comedores más modernos puede aportar un contraste interesante en el que su color blanco es de gran ayuda.
También es muy adecuada para cocinas espaciosas en las que destacará por su diseño curvo más amable que las aristas de los muebles habituales. Por su aspecto a medio camino entre lo tradicional y lo moderno pueden usarse en las terrazas cubiertas en las que solemos combinar elementos de jardín.
La silla Altea parte de un diseño ciertamente probado y de las técnicas más tradicionales para aportarnos un elemento de mobiliario agradable y versátil.